Mi experiencia como mamá primeriza, como me ha cambiado la forma de ver la vida y mis prioridades.
viernes, 25 de octubre de 2013
"Mamá"
sábado, 5 de octubre de 2013
Los portabebés y yo
Lo ideal para mi es ponerlo a la espalda, pero con el fular me da miedo (una que es torpe). La mochila es perfecta para eso. Pero a Xavi no le hace demasiada gracia. Tiene menos libertad de movimientos que en el carrito o en brazos. Así que también para momentos cortos.
El resumen de todo esto, es que me encanta llevar a mi hijo, que los portabebés son estupendos y la variedad que hay me encanta. Pero hoy por hoy, lo ideal para nosotros es pasar del carrito a los brazos. Además, que mejor que el carrito para llevar la compra mientras llevo a mi hijo??
Estoy revisando lo escrito y la verdad es que no dejo en muy buen lugar a los fulares. Que conste que son el portabebés comodín. Lo que pasa es que no soy nada mañosa, y me cuesta horrores adaptarlo adecuadamente a nosotros. A ver si consigo una bandolera, que creo que a partir de ahora, que empezará a caminar dentro de poco, será lo más útil.
Por mi? Tendría una colección tremenda de portabebés, jajaja
domingo, 15 de septiembre de 2013
Día a día
Hemos empezado la piscina al cumplir los 6 meses. Vamos a la piscina municipal y la verdad es que mi admiración a los monitores. Se les nota mucha soltura con los peques y respetan bastante los ritmos y edad de cada uno. Xavi lo lleva genial, disfruta, se deja, no llora ni tiene miedo. Pero otros niños lo llevan peor, lloran y protestan un poco. Los profes lo respetan y si el niño no quiere, pues no quiere. A todo esto, comentar que yo siempre estoy con él y soy la que hago las actividades y los juegos. Creo que es fundamental.
Es un bebé feliz, alegre, sonriente y risueño. Las noches las vamos pasando bien enlazando teta con sueño sin casi enterarnos. Todo es estupendo. Hasta que llega la hora de preparar la comida. Parece que lo huele. En cuanto lo dejo para ir a la cocina empieza a llorar y hasta que no lo tengo encima no se calma. La hora de la comida es igual. Come sentado justo a mi lado y en cuanto me levanto para prepararme para el trabajo, llora que te llora. Su padre está al lado, le coge, le entretiene... Pero no le vale. Le abrazo antes de marcharme, le digo que me tengo que marchar, que mamá le va a echar mucho de menos pero que se lo va a pasar muy bien, que cuando llegue me cuente lo que ha hecho.... Pero nada le vale. Cuando me alejo un poco, llora como si le fuera la vida en ello. A mi me destroza irme así. Me machaca. Incluso el fin de semana la hora de cocinar es un suplicio porque cree que me voy a ir. No sé que hacer, no sé como conseguir que esté más tranquilo. Yo procuro estar tranquila para que lo note. Pero no sé si lo logro. Llevo un mes y medio de trabajo, espero que se acabe acostumbrando pronto. Porque si la angustia por separación es sobre los 8-9 meses, nos esperan unos meses duros. O a lo mejor se le ha adelantado y por eso lo sufre tantísimo.
Sé que es algo bueno, dado que es porque me quiere mucho y me echa de menos. Pero... espero que se pase pronto
domingo, 8 de septiembre de 2013
Eres una madre consentidora
Mi amiga me escuchaba muy atenta y cuando terminé de desahogarme me dijo "eres una madre consentidora". Mi respuesta inmediata fue "Tienes toda la razón, consiento que la gente me diga como criar a mi hijo". Jajajajaja. Ella se refería a que cogía a Xavi cuando lloraba, pero la verdad es que me quedó genial. Me quedé muy a gusto por haber encontrado la gran respuesta a todas esas situaciones. Soy una consentidora con la gente, no con mi bebé.
No voy a volver a consentir ese tipo de comentarios, de intentos de ayuda infructuosos e indeseados. Y menos por la gente de la calle que solo te critica y juzga por cualquier cosa que hago.
Tengo que aclarar que mucha gente me ha mirado raro y preguntado mi edad porque aparento unos 18, como ya me tienen dicho. Tengo 26, por cierto. Pero vamos, la frase favorita cuando era recién nacido era "una niña con un niño?!?". En fin...
domingo, 25 de agosto de 2013
Los errores que no repetiré cuando tenga otro hijo
- El primero y fundamental fue dejarme llevar por las prisas y la desesperación. Como se retrasó un poco, dejé que me hicieran la maniobra de Hamilton o separación de membranas. Suele provocar el parto porque sueltan el polo inferior de la bolsa amniótica. No me avisaron, pero yo sabía que lo iban a hacer. Me rompieron la bolsa y mi niño nació, como ya me dijo una doula, prematuro de 41 semanas.
- Dejar que viniera tantísima gente al hospital a la vez. Se juntaron casi 10 personas a las 12 horas de dar a luz. Horrible por el agobio de tanta gente. Que hubiera sido mucho más llevadero y agradable con visitas ligeras.
- Agobiarme por hacer la comida y las tareas de la casa con un recién nacido. Imposible poner horarios dando la teta. Im-po-si-ble.
- Dejarme llevar por los opinólogos y no dormir con mi peque. El primer mes me lo pasé durmiendo menos de 4 horas, entre dar la teta por la noche, conseguir que el niño se durmiera profundamente y no se despertara al ponerlo en la cuna, recoger y apagar todas las luces y acostarme en la cama antes de que se volviera a despertar. Fue espantoso por el agobio de dormirme, dormirle... Hubiera sido todo muchísimo más sencillo tenerle a mi lado en la cama y cuando tuviera hambre, sacar la teta y listo.
- Tener miedo de que se fuera a romper al cogerlo los primeros días. Los recién nacidos dan miedo, parece que son frágiles y extremadamente delicados. Lo son, pero no son fáciles de romper. Se pueden coger sin miedo y moverlos. Un apunte, si se hacen caca hasta arriba, es más cómodo desnudarles y limpiarlos bajo el grifo de agua templada-calentita, que intentar limpiarlos con toallitas.
- Dejar que las opiniones y experiencias de los demás me influyeran en lo que yo creía que es lo correcto. Por muy claras que tengas las cosas, cuando estás en el puerperio reciente es muy fácil que te influyan y te hagan dudar.
- Dejarme llevar por la frustración y tener unas expectativas irreales de lo que es un bebé. Eso me hizo ponerme furiosa y nerviosa, y al final dar algunos gritos (seamos justos, no fueron demasiados, pero alguno fuera de lugar hubo).
Estoy segura de que he cometido más errores, y cometeré muchos más, está claro. Pero intentaré que estos no se repitan. Espero también que esto ayude a más papás para tener más paz interior y no desquiciarse como me pasó a mi en algún momento ;).
martes, 20 de agosto de 2013
Alimentación complementaria y BLW
miércoles, 14 de agosto de 2013
Escándalo en Can Misses, Ibiza
Añado: Me he leído la segunda parte de la historia de esta chica. Ha escrito el día a día el tiempo que estuvo allí. Lo siento si a alguien le molesta, pero hay muchos médicos endiosados que les molesta que se salga algo de su control o de lo que desean. Ufff. Solo de imaginarme que me podría pasar a mi se me ponen los pelos de punta. Hacer sufrir así a una familia solo por... Por qué? A que se debe? No lo entiendo.
lunes, 12 de agosto de 2013
Desde que soy Mamá
Desde que soy mamá he aprendido muchas cosas, y muchas más que me faltan por aprender.
Cuando me quedé embarazada empecé a leer e informarme de todo y más que encontré por internet sobre el parto y los bebés. Me conciencé de la importancia de la lactancia materna, los mimos, los brazos, el cariño... Como bañarle, limpiarle el culo, los mejores pañales... Bueno, un popurrí de los primeros meses de un bebé.
Lo que no dicen es la abrumadora sensación de amor que te inunda nada más nacer. He aprendido que el corazón puede estar dividido y a la vez totalmente completo y perfectamente unido.
Empecé siendo una talibana de la teta y he aprendido que no se puede juzgar. He aprendido a respetar todas las opciones, a intentar apoyar y aconsejar solo cuando me preguntan.
He aprendido a respetar las necesidades de mi bebé y las mías propias. Es algo en lo que tengo que trabajar todavía mucho, pero estoy en ello.
He aprendido a ser mamá, mujer y profesional. Lo que no he sido capaz es de dejar a mi pequeño sin el sentimiento de culpa.
He aprendido a descansar con Xavi a mi lado y a dormir profundamente. Que la cuna no es para nosotros y dejarle llorar para que duerma tampoco.
He aprendido muchas cosas, cosas importantes. Aún me faltan muchísimas más. Espero seguir aprendiendo y ser consciente cada día que se puede ser mejor.
viernes, 9 de agosto de 2013
Retos
Mi segundo reto tiene que ver con mi persona, que es la base fundamental de mamá pero no tiene que ver con la maternidad en sí. Desde que di a luz, que pesaba 78kg, he perdido algunos de los kilos del embarazo. No todos por desgracia. Y después de los primeros meses de lactancia, en una vorágine zampabollos, me puse en 65kg. Desde hace un par de semanas me estoy intentando controlar más a la hora de comer y hacer algo de ejercicio. El ejercicio consiste básicamente en caminar con Xavi y hacer bici estática en casa. La verdad es que con la bici he notado mejoría en mi resistencia. Pero lo que son los paseos, últimamente los limito a hacer la compra con él en el carrito o mochila y poco más. Esto no puede ser. Él necesita pasear, y aunque papá lo saca de paseo algunas tardes, necesita respirar aire más a menudo.
En el tema de la comida creo que voy peor. Sí, ya no meriendo tazas y tazas de cereales con leche. No como tanta cantidad de chocolate. Pero llevo una semana currando y se nota que estoy empezando otra vez con las malas costumbres de bollería, chocolates... No puede ser. Tengo que limitarme a llevar un bocadillo que racionar a lo largo de la tarde y, como mucho, una pieza de fruta para completar el kit. Mi problema? Que a la hora de la comida, como tengo que comer, dar algo a Xavi para ir introduciendo la AC y controlarle, preparar la comida de mi marido, preparar mi merienda y el resto de cosas para llevarme, así es imposible! Ah! Y darle la teta justo antes de salir para no explotar antes de tiempo. Ayer comí un filete de ternera y un vaso de agua. Hoy un puré de calabacín y patata con un trocito de pan. No es comida para ir a currar 8 horas y cenar casi a las 12. Así que por la tarde muero y agonizo de hambre. Creo que la solución será dejar mis cosas preparadas a lo largo de la mañana. Así es algo menos que hacer. Empezar antes con la dinámica de comidas. No se me ocurre nada más por ahora. Espero poder tener una rutina más tranquila, porque salgo super acelerada, aunque al ir andando tampoco me viene mal :).
No lo he dicho, mi segundo reto, a largo plazo y sin agobios, es estar mejor físicamente para sentirme mejor. Por lo tanto debo comer más sano y seguir haciendo algo de ejercicio.
Gracias por leerme
lunes, 29 de julio de 2013
Este viernes
Parece que lo tengo todo listo. Parece. Pero la triste realidad es que no lo estoy. No estoy preparada. No quiero, en mi más profundo ser, no quiero. Me resisto a asumirlo. Me resisto a aceptarlo. Ni siquiera mis tetas están preparadas. Con la frecuencia con la que come, lo voy a pasar mal físicamente. Lo de sacarme leche va a ser una necesidad no un capricho.
Sin embargo no me queda más remedio. Es así, es una realidad. Voy a estar fuera de casa más de 8 horas. Mi marido cuidará a mi pequeño, y lo hará de fábula. Pero creo que me costará superar esa sensación de vacío. Pero mientras mi peque esté bien, yo lo superaré.
(Que entrada más chungui me ha quedado, jejeje)
martes, 23 de julio de 2013
De buenos y malos momentos
Pero a lo que venía el nombre de la entrada. El lunes al final de la tarde le di la teta a mi bebé. Estaba jugando con él medio tumbado encima mío y se puso a buscar, así que saqué la teta. Estaba tumbado atravesado, tranquilo, mamando y mirándome con sus grandes ojos castaños. Tenía una mirada tan dulce, de tanto amor y cariño. Completamente relajado, tranquilo. Agarradito a mi. Se fue quedando dormidito, relajado. Creo que fue uno de los momentos más dulces que hemos tenido, entre el momento del nacimiento, la primera vez que le di la teta, cuando me cogió el dedo... Precioso.
Un rato después, cuando se despertó, le bañé, jugamos un rato y quise acostarle. Craso error. Ya estaba inquieto a la hora de bañarle. Los dientes, los malditos y tortuosos dientes. Llora, llora, llora. Después de darle apiretal, cantarle, intentar dormirle a la teta, darle a morder todo lo mordible, el chupete (que NO quiere)... Al final, me puse el fular y a la calle. Como estaba mirando todo y estaba en el fular se quedó tranquilo. Fui hasta la farmacia para comprar algo para los dientes, que aún no tiene pero deben estar a punto. Al final cuando estábamos volviendo a casa se quedó dormido. Al dejarle en la cuna se medio despertó, pero teta y listo. Se quedó tranquilo.
Anoche algo parecido. Hasta casi las 12 no se durmió. A las 2 se despertó y de juerga hasta las 5. Pero bueno, por lo menos no lloraba, simplemente se desveló y quería juerga.
Mi pequeño me cambia los malos momentos, los momentos desesperantes, por momentos maravillosos y que valen millones. Al final son los ratos que cuentan, que valen y que merecen la pena.
viernes, 12 de julio de 2013
De series de televisión
Hasta que no empecé a acudir a las reuniones de DeLeite, el grupo de lactancia de mi zona, no conocí a mamás que consiguieron no dejar llorar a sus bebés. Era algo que me estaba carcomiendo. Tanta gente de mi alrededor diciendo que tendría que dejarle llorar al final, porque si no no aprenden, no son capaces, bla, bla, bla. Me consuela saber que hay gente que lo ha conseguido. Aguantar el tirón, las tonterías de los demás y repetar el ritmo de sueño de sus bebés.
Mi bebé hay veces que duerme toda la noche a la teta, otras que necesita tocarme. Pero en las noches de más calor se giraba, me daba la espalda y prefería dormirse así, que si no sudaba mucho.
Quiero mantenerme fuerte. Quiero darle lo más sencillo y lo más complicado de entender a los demás, mi presencia. Todo el tiempo que necesite.
Volviendo a las series televisivas, me sorprendió gratamente un episodio de la serie de Anatomía de Grey. Aparece el porteo ergonómico, tanto en pouch como en mochila (creo que era ergonómica también). Es la primera vez que lo veo, o por lo menos que me fijo. Y más en una serie que normalizan la separación de la díada madre-bebé nada más nacer. Pero bueno, me gustó, me gustó mucho.
Otro detalle que me agradó fue en la serie Bones, en la que llevaban a la hija de la protagonista en en asiento trasero, en una silla a contra marcha. En esta serie, el parto fue completamente natural y sí que hubo contacto nada más nacer.
Que opinión tenéis de las series?
Gracias por leerme.
jueves, 11 de julio de 2013
Mi parto
Las últimas semanas de embarazo fueron interminables y muy incómodas. Cogí la baja laboral en la semana 33. Con el pedazo barrigón que tenía quien se iba a imaginar que mi pequeño se haría de rogar tanto...
En la semana 41 me hicieron una revisión en cinchos. Al poco de salir del hospital, tras controlar el color de las aguas y una maniobra poco delicada, se me rompió la bolsa. No sé si fueron ellas al mirar o fue casualidad, pero bueno, yo estaba deseando parir, tener a mi bebé conmigo, así que no me importó. Como no estaba segura, probé a apretar el esfinter (había leído que si no sale cuando aprietas, es que es pis, jeje) y paró. Me quedé medio tranquila, aunque el resto del día goteaba un poco. Las contracciones empezaron por la noche, como el resto de las noches anteriores, lentas y suaves. Pero algo me decía que no, que de verdad había roto la bolsa y que ya venía mi pequeño. Con los nervios casi no pude dormir.
Me desperté temprano, muy temprano, con contracciones suaves pero repetitivas. Me fui al salón, a respirar y sentarme en el balón. Yo me decía a mi misma "Que bien lo llevo, esto no duele". Jajajajaja, que inocente. Cuando se despertó mi marido quería salir para el hospital. Al final tanto insistió que marchamos a las 11 de la mañana.
La llegada al hospital fue desagradable. Lo primero que te dicen "Que haces aquí??" Pero al decir que había roto aguas hacía más de 24 horas se echaron las manos a la cabeza. Resultado de la revisión: rotura de bolsa, 1 cm de dilatación, el cuello no estaba borrado. Ingresada, oxitocina y a acelerarlo lo máximo posible. Cuando me pasaron a dilatación la matrona me dijo que al ser una inducción tendría suerte si no acababa en cesárea. Ahí el mundo se me cayó a los pies. Todas mis esperanzas de mi parto soñado se fueron a la mierda. Pero bueno, ya no podía hacer nada, así que solo faltaba esperar. Mi peque estaba muy alto, así que no solo oxitocina, si no que tenía que estar tumbada, ni sentada ni nada. Después de 4 horas de contracciones muy muy dolorosas por fin me permitieron levantarme. Fue todo un alivio. Solo pude caminar a lo largo de la cama y sentarme en la pelota, pero un gustazo al fin y al cabo. Cuando me preguntaron si quería la epidural, después de 5 horas casi solo había dilatado 3 cm y medio... Al final caí. Acepté. Pedí su opinión a la matrona, que me dijo que las inducciones suelen ser largas, se tarda bastante, así que cedí. El momento del pinchazo fue el peor de todo el día. Saber que tienes que estar completamente quieta, bajo peligro de quedar inválida. Que te pregunten cosas cuando estás en una contracción... Pero bueno, me la pusieron perfecta, sentía la contracción en el periné, pero sin dolor. Que gozada! Pasaron las horas y yo iba sintiendo más las contracciones, pero no quise dar más dosis de analgesia porque quería notar todo. Al final de la tarde ya empezaba a tener dolores de nuevo, pero muy soportables. Y al poco tiempo empecé a sentir las ganas de empujar. Me sentí genial, poderosa al poder hacer algo por fin. Me dijeron que el peque estaba un poco girado, a ver si conseguía colocarse bien. Dios! Otra vez la sombra de la cesárea, no, no, no. Pero no hizo falta. Yo empujé lentamente para que se fuera colocando y mi bebé se portó genial que terminó de girar. Eran las 23:30 cuando entró la matrona a acelerar el expulsivo. Al poco rato de empujar ya me pasaron al paritorio. Ahí saqué toda la fuerza animal, grité como no recuerdo haber gritado nunca y sin embargo sonreía. A las 12 de la noche salió mi pequeño, con la mano en la cara. Al ponérmelo encima se me cayeron las lágrimas de felicidad. El mejor momento de mi vida. Tener a mi marido a mi lado y encima mía al fruto de nuestro amor.
Al nacer a medianoche sin saber exactamente que día, nos dejaron elegirlo. Yo quise que fuera el 24 de febrero, un día precioso. Después tuvieron que coserme por los desgarritos, pero yo estaba centrada en mi pequeño. El instinto hizo que intentara agarrarse, pero hasta que estuvimos tranquilos en la habitación no pudo. Pero se desquitó mamando durante más de dos horas ;).
Mi pequeño Xavi pesó 3´590kg, 50 cm. El recién nacido más guapo que había visto en mi vida, y no solo lo digo yo, jejeje.
Muchas gracias por leerme.
miércoles, 10 de julio de 2013
Inicio y saludo
Antes de quedarme embarazada era una auténtica matrix. De las que opinaban que no les pasa nada por llorar, que no pueden cambiarte tanto la vida, que los niños, al fin y al cabo, son el enemigo... En fin, que estúpida era. Al poco de embarazarme empecé a sentirme cada vez más unida a ese garbancito que estaba creciendo dentro de mi. Empecé a investigar sobre métodos de crianza, formas de parto y lo importante que es para los bebés, sobre todo lo que implica tener un recién nacido. Me di cuenta del daño que puede llegar a hacer el dejar llorar, el no dejar que te "manipulen"... todas esas leyendas urbanas sobre las pobres criaturas, que no tienen la culpa de haber nacido en un mundo donde se les considera "malos".
Cuando nació Xavi tuve clarísimo que ese bebé, MI bebé, era un ser precioso, maravilloso y sin duda, lo más importante de mi vida. No iba a permitir que las costumbres arcaicas y vejatorias a las que se someten a los bebés entraran en mi hogar. Hemos conseguido 4 meses y medio de teta, a pesar del poco apoyo de mi entorno, menos mi marido, y del dolor del inicio. Duermo con mi pequeño. Porteamos casi todos los días.
Estoy orgullosa de ser una vaca lechera y un auténtica loba protectora de mi pequeño.
Gracias por leerme