jueves, 11 de julio de 2013

Mi parto

Quería contar como fue mi parto, va a ser largo, jejeje.
Las últimas semanas de embarazo fueron interminables y muy incómodas. Cogí la baja laboral en la semana 33. Con el pedazo barrigón que tenía quien se iba a imaginar que mi pequeño se haría de rogar tanto... 
En la semana 41 me hicieron una revisión en cinchos. Al poco de salir del hospital, tras controlar el color de las aguas y una maniobra poco delicada, se me rompió la bolsa. No sé si fueron ellas al mirar o fue casualidad, pero bueno, yo estaba deseando parir, tener a mi bebé conmigo, así que no me importó. Como no estaba segura, probé a apretar el esfinter (había leído que si no sale cuando aprietas, es que es pis, jeje) y paró. Me quedé medio tranquila, aunque el resto del día goteaba un poco. Las contracciones empezaron por la noche, como el resto de las noches anteriores, lentas y suaves. Pero algo me decía que no, que de verdad había roto la bolsa y que ya venía mi pequeño. Con los nervios casi no pude dormir.
Me desperté temprano, muy temprano, con contracciones suaves pero repetitivas. Me fui al salón, a respirar y sentarme en el balón. Yo me decía a mi misma "Que bien lo llevo, esto no duele". Jajajajaja, que inocente. Cuando se despertó mi marido quería salir para el hospital. Al final tanto insistió que marchamos a las 11 de la mañana.
La llegada al hospital fue desagradable. Lo primero que te dicen "Que haces aquí??" Pero al decir que había roto aguas hacía más de 24 horas se echaron las manos a la cabeza. Resultado de la revisión: rotura de bolsa, 1 cm de dilatación, el cuello no estaba borrado. Ingresada, oxitocina y a acelerarlo lo máximo posible. Cuando me pasaron a dilatación la matrona me dijo que al ser una inducción tendría suerte si no acababa en cesárea. Ahí el mundo se me cayó a los pies. Todas mis esperanzas de mi parto soñado se fueron a la mierda. Pero bueno, ya no podía hacer nada, así que solo faltaba esperar. Mi peque estaba muy alto, así que no solo oxitocina, si no que tenía que estar tumbada, ni sentada ni nada. Después de 4 horas de contracciones muy muy dolorosas por fin me permitieron levantarme. Fue todo un alivio. Solo pude caminar a lo largo de la cama y sentarme en la pelota, pero un gustazo al fin y al cabo. Cuando me preguntaron si quería la epidural, después de 5 horas casi solo había dilatado 3 cm y medio... Al final caí. Acepté. Pedí su opinión a la matrona, que me dijo que las inducciones suelen ser largas, se tarda bastante, así que cedí. El momento del pinchazo fue el peor de todo el día. Saber que tienes que estar completamente quieta, bajo peligro de quedar inválida. Que te pregunten cosas cuando estás en una contracción... Pero bueno, me la pusieron perfecta, sentía la contracción en el periné, pero sin dolor. Que gozada! Pasaron las horas y yo iba sintiendo más las contracciones, pero no quise dar más dosis de analgesia porque quería notar todo. Al final de la tarde ya empezaba a tener dolores de nuevo, pero muy soportables. Y al poco tiempo empecé a sentir las ganas de empujar. Me sentí genial, poderosa al poder hacer algo por fin. Me dijeron que el peque estaba un poco girado, a ver si conseguía colocarse bien. Dios! Otra vez la sombra de la cesárea, no, no, no. Pero no hizo falta. Yo empujé lentamente para que se fuera colocando y mi bebé se portó genial que terminó de girar. Eran las 23:30 cuando entró la matrona a acelerar el expulsivo. Al poco rato de empujar ya me pasaron al paritorio. Ahí saqué toda la fuerza animal, grité como no recuerdo haber gritado nunca y sin embargo sonreía. A las 12 de la noche salió mi pequeño, con la mano en la cara. Al ponérmelo encima se me cayeron las lágrimas de felicidad. El mejor momento de mi vida. Tener a mi marido a mi lado y encima mía al fruto de nuestro amor. 
Al nacer a medianoche sin saber exactamente que día, nos dejaron elegirlo. Yo quise que fuera el 24 de febrero, un día precioso. Después tuvieron que coserme por los desgarritos, pero yo estaba centrada en mi pequeño. El instinto hizo que intentara agarrarse, pero hasta que estuvimos tranquilos en la habitación no pudo. Pero se desquitó mamando durante más de dos horas ;).
Mi pequeño Xavi pesó 3´590kg, 50 cm. El recién nacido más guapo que había visto en mi vida, y no solo lo digo yo, jejeje.

Muchas gracias por leerme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario