viernes, 9 de agosto de 2013

Retos

Tengo dos retos ahora mismo. Uno está completamente dentro del ser mamá y es no gritar. Me uno al desafío del rinoceronte naranja. Soy una persona gritona. Antes solo con mi marido y me temo que ahora con mi bebé a veces se me escapa también. Sobre todo es cuando estoy muy cansada. No me deja ponerle la ropa, grita nada más despertarnos o se me tira de los brazos. Pierdo la paciencia y me enfurezco. A veces no llego a gritar, pero sí que soy más brusca con él, tanto en los gestos como en las palabras. Lo odio. Me odio cuando lo hago. Me siento fatal, pero es lo que me sale en el momento. Se me olvida que los adultos tenemos que tener un autocontrol en lo referente a los niños prácticamente total. Bueno, no se me olvida. Pero hay un chip en mi cabeza que no consigo quitar y es lo que me sale. El resto del tiempo suelo ser amorosa y paciente, o eso espero. Pero cuando hace eso... Buffff. No es racional, porque a lo mejor tengo que parar cuatro veces al hacer la comida, si puedo en ese momento exacto, porque me reclama. Lo hago y no pasa nada. Lo llevo a la cocina, paseo por la casa con él... Pero en esos momentos de crispación, ahí va. Como si me poseyera un demonio gris, me cambia el tono de voz, la cara... creo que incluso el aura. Lo bueno es que es tan peque que cuando me pongo así se ríe, me lo perdona. Y yo casi siempre consigo volver en mi enseguida. Lo que me da miedo? Que tiene 5 meses, que es solo un bebé. Que pasará si seguimos así cuando tenga 5 años?? Puedo ser una auténtica ogra malvada-chillona-histérica de la vida. No, no, no. Me niego. En redondo. No puede ser. Además, por extensión, me gustaría dejar de gritar o regañar así a mi marido. A nadie le gusta que le griten.

Mi segundo reto tiene que ver con mi persona, que es la base fundamental de mamá pero no tiene que ver con la maternidad en sí. Desde que di a luz, que pesaba 78kg, he perdido algunos de los kilos del embarazo. No todos por desgracia. Y después de los primeros meses de lactancia, en una vorágine zampabollos, me puse en 65kg. Desde hace un par de semanas me estoy intentando controlar más a la hora de comer y hacer algo de ejercicio. El ejercicio consiste básicamente en caminar con Xavi y hacer bici estática en casa. La verdad es que con la bici he notado mejoría en mi resistencia. Pero lo que son los paseos, últimamente los limito a hacer la compra con él en el carrito o mochila y poco más. Esto no puede ser. Él necesita pasear, y aunque papá lo saca de paseo algunas tardes, necesita respirar aire más a menudo. 
En el tema de la comida creo que voy peor. Sí, ya no meriendo tazas y tazas de cereales con leche. No como tanta cantidad de chocolate. Pero llevo una semana currando y se nota que estoy empezando otra vez con las malas costumbres de bollería, chocolates... No puede ser. Tengo que limitarme a llevar un bocadillo que racionar a lo largo de la tarde y, como mucho, una pieza de fruta para completar el kit. Mi problema? Que a la hora de la comida, como tengo que comer, dar algo a Xavi para ir introduciendo la AC y controlarle, preparar la comida de mi marido, preparar mi merienda y el resto de cosas para llevarme, así es imposible! Ah! Y darle la teta justo antes de salir para no explotar antes de tiempo. Ayer comí un filete de ternera y un vaso de agua. Hoy un puré de calabacín y patata con un trocito de pan. No es comida para ir a currar 8 horas y cenar casi a las 12. Así que por la tarde muero y agonizo de hambre. Creo que la solución será dejar mis cosas preparadas a lo largo de la mañana. Así es algo menos que hacer. Empezar antes con la dinámica de comidas. No se me ocurre nada más por ahora. Espero poder tener una rutina más tranquila, porque salgo super acelerada, aunque al ir andando tampoco me viene mal :).
No lo he dicho, mi segundo reto, a largo plazo y sin agobios, es estar mejor físicamente para sentirme mejor. Por lo tanto debo comer más sano y seguir haciendo algo de ejercicio.

Gracias por leerme

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